
Llegó a ser uno de los principales dirigentes de la Sociedad Secreta “La
Trinitaria”. Participó en la creación del Manifiesto de los pueblos de la parte
Este de la isla. Este documento fue dado a la luz el 16 de enero de 1844, está
considerado como nuestra acta de Independencia. Trata sobre las causas de la
separación de lo que hoy es la República Dominicana.
El 9 de junio 1844 los revolucionarios designaron a Sánchez presidente de la
Junta. Poco después Pedro Santana, obligó a los Trinitarios a entregar el
mando. Sánchez, al igual que Duarte, Mella y otros patriotas, fue declarado
traidor a la patria y expulsado del país.
En Curazao, se entera Sánchez, del cruel asesinato de su tía
María Trinidad Sánchez, en fecha 27 de febrero 1845 y de su hermano Andrés, por
órdenes de Santana. En 1855 grupos interesados en deponer a Santana recurrieron
a Sánchez en busca de apoyo.
Fracasada la conspiración nuestro patriota se exilia en Inglaterra.
En 1856, cuando se elige a Buenaventura Báez, como pre-sidente de la República,
Sánchez, regresa al país y es nombrado comandante de armas de la capital. Pero
el día 7 de julio de 1857 se produjo un movimiento revolucionario que culminó
con el derrocamiento de Báez.
Exiliado en Saint Thomas, Sánchez, se entera de la anexión a España. Como no
puede regresar legalmente al país, organiza una invasión entrando por Haití y
en esa ocasión expresa:
“Entro por Haití porque nu puede hacerlo por otra parte, pero si alguien
pretendiese mancillar mi nombre por éso, decidle que yo soy la Bandera
Nacional”.
En El Cercado, nuestro patriota fue traicionado y hecho prisionero. Sánchez,
fue sometido a juicio y condenado a muerte. Cuando un sacerdote le asistió en
los consejos religiosos le dijo: “Diga
a los dominicanos que muero con la patria y por la patria, y a mi familia que
no quiera vengar mi muerte”.
El día 4 de julio de 1861, Sánchez y sus compañeros caían abatidos bajo las
balas disparadas por los traidores de la patria.
Sus restos reposan en el Mausoleo del Altar de la Patria junto a los de Juan
Pablo Duarte y a los de Matías Ramón Mella.
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